Cuando se vive en el campo, utilizar una caldera de leña para calefactar nuestro hogar es una opción ideal, dado que las calderas modernas ofrecen unas eficiencias mucho más elevadas que las antiguas, con lo que se ahorra combustible y dinero. Si estamos acostumbrados a combustionar leña, por vivir en el campo y disponer libremente de ella, adquierir una de estas calderas, que además está subvencionada, es una de las mejores decisiones que podemos tomar al respecto. Pero debemos avisar, que si, estando acostumbrados a una caldera de combustible fósil, sea gas o sea gasóleo, y decidimos pasarnos a la biomasa, lo mejor que podemos hacer es decidirnos por una caldera de pellets. La razón es que los pellets son un combustible que cumple unos estándares de poder calorífico y humedad que nos aseguran una combustión óptima. Y no menos importante, las calderas de pellets disponen de sistemas de alimentación automática, incluso de alimentación a través de un depósito que contenga suficiente combustible como para no tener que preocuparse de la alimentación de la caldera durante todo el invierno.